409. Panchito COVID

Después de más de dos años de pandemia, me he contagiado de Coronavirus. En este artículo conocerás los detalles de cómo me enteré de mi contagio
Escucha este artículo (4:41 min)



Ya llegué a perder la cuenta de cuánto tiempo llevamos conviviendo con esta famosa pandemia del COVID 19... ¿Tres años ya? Sipos... en diciembre se cumplen tres años desde que comenzó esta enfermedad que, sinceramente, nos ha cambiado la vida a todos, sin excepción. Y durante todo este tiempo había sobrevivido al virus. Y era loable porque trabajo repartiendo insumos médicos y claramente estoy más expuesto.

Recuerdo cuando comenzó la pandemia y los hospitales no daban a basto para recibir a la gente contagiada. Muchas veces me tocó pasar por pasillos atestados de personas sospechosas de COVID o lisa y llanamente contagiadas con la enfermedad. Y claro, me daba cosita... y jamás me contagié. Pero, hace un poco más de un mes... el Coronavirus llegó a mi puerta.

Yo tengo todas las dosis de vacunación que exige el gobierno acá en Chile que, al día de hoy, son cuatro. Eso, sumado a las medidas de higiene y prevención, había hecho que no me contagiara. Pero, como les escribí más arriba, llegó el día en que me enfermé. Tenía tos, dolor de cuerpo y mucha congestión nasal. Me dolía la garganta y estaba desganado. El último día que trabajé antes de ir a médico, llegué a eso de las 2 de la mañana, y tuve que descargar unas cosas de la camioneta bajo la lluvia. Llegué empapado a casa.

Por eso, cuando comenzaron los síntomas mencionados al día siguiente, pensé que me había agripado. Ese día martes estuve en cama todo el día tomando agüita de hierbas hechas por mi madre. Pero los síntomas no disminuían. Al contrario, me sentía peor. Así que pedí hora con un médico general y justó tenía hora para el día siguiente, por la mañana.

Al llegar al centro médico me tomaron la temperatura y marqué sobre 38 grados. Me preguntaron el motivo de mi visita y les dije que había ido a médico para que me enseñara a cocinar panqueques porque me sentía muy enfermo. Me mostraron un pendón con algunos síntomas del coronavirus y les indiqué las que tenía. De inmediato activaron el "código 2". "¿Qué diantres es eso?", pensé.

"Vamos a tener que llevarlo a una zona de aislamiento preventivo", me indicaron. Pensaba que me llevarían de inmediato con un médico, en vista de que era un posible caso de COVID... pero no. Primero debía pagar la consulta pos... está bien que estés enfermo y puedas contagiar a los demás, pero plata es plata... no atienden gratis.

Una vez pagada mi consulta me llevaron al segundo piso y ahí había una zona delimitada de color rojo, donde ya había un joven en la misma situación que yo. Esa zona aislada estaba a vista y paciencia de todo el mundo, por lo que todas las personas que pasaban por ahí sabían que podíamos estar contagiados con COVID. Algunos pasaban sin mirar... y otros miraban con extrañeza.

Aquí ya me daba cuenta que la cosa iba en serio

Una hora me tuvieron ahí. Mi hora de atención era a las 10:15 hrs. Y me tuvieron una hora esperando pos, aun pagando por mi consulta y siendo sospechoso de COVID (me imagino que la cosa no es muy distinta en los hospitales públicos). Finalmente me atendieron y, luego de examinarme, me mandaron a hacer un test PCR ese mismo día, por la tarde. Y el resultado... POSITIVO (véase la imagen del principio).

Me llamaron del servicio de salud por mi aislamiento que duró hasta el domingo de esa semana, aunque la cuarentena fue muy rara en realidad, porque sólo fueron 4 días. Algo expliqué en este vídeo que les dejo a continuación: 



El jueves empeoré y el bendito virus me tiró a la cama. Estuve con fiebre y con mucha congestión. Y todo esto me pasó con las cuatro dosis. No me quiero imaginar qué hubiera pasado si no me hubiera puesto las vacunas.

Esos días de encierro fueron fomes, muy fomes. No podía salir y nadie podía venir a verme a casa. Aproveché de continuar con mi blog y otros quehaceres personales. Finalmente mi cuarentena pasó y, gracias a Dios, todo esto no pasó a mayores, ni tampoco contagié a otros, como a mis papás por ejemplo.

Igual aproveché de descansar esos días

Todo esto que les he relatado me hace pensar que, por mucho que algunos nos quieran hacer creer que la pandemia es una invención o que ya pasó lo peor, lo cierto es que seguimos en peligro. Sigue muriendo gente por causa de esta enfermedad, y veo cómo muchos ya ni siquiera usan mascarilla en lugares cerrados, ni se vacunan ni nada, demostrando una terrible falta de respeto y de empatía hacia los demás. Por eso, les digo sinceramente: cuídense, protéjanse y hagan caso a lo que digan los que saben del tema. Así podremos, ojalá prontamente, salir de esto... aunque con esto de la viruela del mono, pareciera ser que la cosa da pa' rato. ¡Saludos a todos!
 
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408. Cuatro ojos

Escucha este artículo (4:20 min) 


La última vez que había visitado al oftalmólogo fue hace ya más de 10 años. En ese entonces me revisaron ambos ojos y me hallaron astigmatismo [Nota] en el ojo izquierdo, aunque en un nivel ínfimo. De ahí, no le presté mucha atención a este asunto. Seguía viendo bien, así que me despreocupé.

Toda mi familia usa lentes. Toda, pero absolutamente toda: mis tíos, mis primos, mis hermanos, mis papás, mi abuela... todos. Yo era el único que no usaba, y sentía que no los necesitaba. Pero, cuando fui a renovar mi licencia de conducir en el año 2017, salió la primera señal de alarma, y que me indicaba que mis días sin lentes estaban contados.

El día en que me presenté a renovar la licencia en Penco, como era renovación, no era necesario hacer el test de manejo, sino solamente el examen psicotécnico y el médico. El primero lo pasé sin problemas. Pero en el examen médico tuve problemas. Al taparme el ojo derecho para leer esos típicos carteles con letras al fondo de un visor que tenía puesto en mis ojos, la chica que me tomó el examen me dijo: "Ahora Francisco, lea la quinta línea de letras por favor". Yo quedé perplejo y desconcertado. "Disculpe, pero yo sólo veo cuatro líneas de letras". "Hay cinco - me respondió -. Debe leer la quinta línea". Yo hacía mi esfuerzo por enfocar mi ojo izquierdo pero no pude. "Lo siento. No la veo".

La chica soltó un "Mmmmmm" y luego añadió: "Le destaparé el ojo derecho y me dice que ve". Me lo destaparon y, como por arte de magia, apareció la quinta línea que no pude leer con mi ojo izquierdo. "Le voy a aprobar el examen, ya que la quinta línea son letras demasiado chicas. Pero lo más probable es que, para su siguiente renovación, deberá usar lentes", concluyó la chica.

Diferencia con visión normal y visión con astigmatismo


De ahí, pasaron 5 años. Siempre me quedó dando vueltas eso de usar lentes pero, como yo sentía que veía bien aun, nunca fui a verme a médico ni mucho menos obtener un par de lentes. Eso, hasta que, hace un par de semanas, comencé a sentir un fuerte dolor en el ojo izquierdo. Como estaba en Valdivia por motivos de trabajo, aproveché de consultar allá y, lo primero que me dijeron, fue que tenía que visitar al oftalmólogo. Y eso hice.

El miércoles 13 de julio, a las 17:30 horas, estaba entrando a la consulta del doctor. Le expliqué mi dolor en el ojo izquierdo y, además, aproveché de comentarle que el año entrante renuevo licencia y quería que me revisara la visión en general. Me hizo los chequeos y el astigmatismo aumentó. Me hizo probar unos lentes y... ¡Wow! ¡Quedé loco!. Mi visión se transformó de borrosa a nítida. No me había dado cuenta lo mucho que había empeorado mi vista.

Con respecto al dolor en el ojo izquierdo, tenía irritado el nervio óptico. Eso puede darse por muchos factores: en mi caso por muchas horas manejando (especialmente de noche) y por estrés. Me recetaron unos lentes para corregir el astigmatismo. Y el lunes pasado los pude obtener. Y así me veo:



Se nota la diferencia. Ya no me duele la visión al estar frente al notebook o mirando la tele, o manejando largas distancias. El dolor del ojo izquierdo ha ido pasando, y eso es bueno. Claro, ahora tengo que batallar con otras cosas, por ejemplo, cuando se empañan los lentes al usar mascarilla, pero nos estamos acostumbrando. Lo importante es que, ahora, gozo de una buena vista, y el dolor que tenía va disminuyendo, lo cual me tiene más tranquilo.

Y bueno: ahora soy Panchito cuatro ojos. Lo bueno es que nadie se ha burlado de mí de esa forma; al contrario: dicen que me veo mejor. ¿Qué dicen ustedes? ¿Me veo bien con lentes? ¿Usan lentes ustedes? Conversemos en los comentarios. ¡Hasta el siguiente artículo!

[Nota] El astigmatismo es "un defecto ocular que se caracteriza porque existe una refracción diferente entre dos meridianos oculares, lo que impide el enfoque claro de los objetos. Generalmente se debe a una alteración en la curvatura anterior de la córnea.". En pocas palabras es una alteración en la forma de los ojos, haciendo que no pueda enfocar bien lo que veo. (Tomado de Wikipedia) [Volver al párrafo]

Procedencia de las primeras dos imágenes:

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407. Aniversario 2 del Podcast "Donde Panchito"



El mes de mayo pasado este sitio web cumplió 16 años desde que lo creé. Y hoy el podcast está de aniversario. Cumple 2 añitos de transmisiones. Un 10 de julio de 2020 se inició el podcast junto con mi amigo Julián, y aquí estamos aun, dándole. El podcast ha significado un aumento sustancial en la cantidad de visitantes al blog... digamos un 150%. Al mes nos visitan en promedio unas 12 mil personas, muchas de ellas que vienen desde el podcast.

Sin embargo, el podcast va a cambiar por completo a partir del próximo mes de agosto. ¿Otra vez cambios? Sí: la diferencia es que estos son definitivos y que ya se conversaron con el equipo en su momento. ¿De qué se trata? Entérate en el episodio 49 de "Viernesando con Panchito", que te lo dejo aquí para que lo escuches. ¡Que lo disfrutes!


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406. ¡Volví!

Escucha este artículo (2:07 min)


¡Hola! Volví. Sí, después de casi un mes sin estar por estos lados. Es verdad que dije que iba a estar más tiempo alejado... varios meses de hecho. Pero siempre me pasa lo mismo. Me pasó en el 2010, 2011 y 2020... intento dejar a un lado mi blog pero no puedo. Es parte de mí... lleva la mitad de mi vida a mi lado y no puedo dejar este rinconcito en el internet que tanto tiempo me ha tomado construir. Así que... sí: volví. Y espero continuar por mucho tiempo más.

Les comentaba en el último artículo que las cosas no andaban bien. Textualmente les escribí: "Ando triste, melancólico y con muchas ganas de no hacer cosas... estoy en un momento en que debo reestructurar mis prioridades y metas, y ver cómo salgo del hoyo en el que estoy anímicamente hablando". Claro, en un mes no se puede arreglar todo, pero a grandes razgos me siento mucho mejor que aquel día en que me despedí de ustedes. Las cosas han mejorado de a poco: he cumplido algunas metas que tenía en mente de hace tiempo y he conocido nuevos amigos y amigas que me han levantado el ánimo. No todo está al 100%, pero vamos para allá, y veo el futuro con más optimismo... con esperanza, como alguna vez les comenté.

El blog y el podcast me ayudan a aprovechar mi tiempo libre con hobbies sanos. Lo que sí, el podcast sufrirá un cambio radical a partir del mes entrante, básicamente porque hay prioridades en la vida que ameritan más tiempo y dedicación que el podcast... o el mismo blog. Pero no dejaré este proyecto tirado: Donde Panchito continuará hasta cuando me haga viejo, que ha sido la idea original desde el principio.

Así que bueno... luego de un corto receso, aquí estoy. Y tengo varias cosas que contarles. Por ejemplo, justo unos días después de despedirme, me dio el COVID-19. ¿Cómo fue la experiencia? Pronto se los relataré, entre muchas otras ideas y reflexiones que tengo en mente. ¡Gracias por seguir leyéndome! ¡Hasta un siguiente artículo!

 
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